6.11.09

Parlante,

En esta entrada haré honor a mi mejor descripción que es hablar mucho y sin sustancia, además tampoco me declararé fan de nada pues hoy recordé haber leído de la existencia de una ley de fatiga donde se dice que después de un rato te cansas aún de las cosas que más te gustan, lo he comprobado.

En eso se viene a mi mente un remolino de tópicos de los cuales podría escribir solo por el placer de usar la palabra, como la insolente que soy al saber escribir y leer y no usar eso para algo mejor... ¡fútil!

Pienso, pienso, pienso... Recién termino de leer la biografía de Ricardo Castro escrita por Emilio Díaz Cervantes y Dolly R. de Díaz, esposos, músicos y egresados de la Escuela Superior de Música de la UJED, editada y producida por el ICED, esta se convierte en la primer biografía que leo y eso fue por recomendación de dos personitas a quienes admiro mucho y de lo cuales podría escribir las razones por lo que los respeto, pero prefiero guardármelas, además no creerían que en una pequeña familia quepan tantos atributos, solo puedo compartir que personas como ellos son los que le dan esencia a Duranguito.

Del libro en físico me gustó el diseño editorial, viene el crédito para el Despacho de Diseño Mano de Papel, ahora no recuerdo el nombre del diseñador pero tiene fama de hacer trabajos muy interesantes, ha colaborado hasta en la revista Picnic, algo de lo que he visto si me ha gustado, algunos trabajos no son de mi estilo, pero si propone y eso si que es difícil de encontrar.

Del contenido... en cuanto a datos y críticas musicales no comentaré nada, ya que hoy no jugaré hacerme la inteligente porque mis conocimientos musicales dejan mucho que desear, no miento ¡eh! para muestra está el declaromefan que me condena, aunque debo aclarar que mis gustos musicales se basan por el deseo de sentir y disfrutar los acordes y letras no tanto por la ejecución o sintaxis de las piezas.

Fuera de eso esta lectura me ha dejado claro varios aspectos que antes había considerado, por una parte el admirar la vida y obra de Ricardo Rafael de la Santísima Trinidad Castro Herrera y por otro lado ver que nuestro mal de actitud como sociedad es problema de antaño.

No abundaré en estos temas (como en ninguno) porque bien demuestro que ni redacto bonito ni me expreso con claridad, solo haré mi observación o más bien mi admiración a quienes logran hacer algo importante y de real valor en lugares como México y particularmente en Durango porque el mérito es mayor, es como el fruto que nace entre la maleza, es gente que no se estanca junto con todos y se rige por la voluntad de hacer, crear, actuar y todos esos verbos en infinitivo que ya ni conozco...

Ya se me vino a la mente también que como sociedad solemos estar en tremenda fiaca sin darnos cuenta, por eso yo quiero mi pasaje a Nefelibata o Amaurota, pero no se puede y a veces lo confundo con la mediocridad; lo peor o lo mejor del asunto es que a veces tenemos la posibilidad de discernir entre penetrar a un mundo o al otro... bla, bla, bla, bla ¡bah!, nótese mi empatía con los del grupo de la maleza.

Y bueno, regresando al otro tema, el Festival de Bellas Artes Ricardo Castro está por comenzar, por ahí me enteré de un recital de piano inigualable, espero además de ese (que luego les pasaré datos exactos) traigan eventos que valgan la pena, ¡atentos chavitos!

Bueno yo ya estoy ¡satisfecha!, escribí mucho, no dije nada y no hago tanto... al final solo me faltó poner los 9 pasos para alcanzar el éxito ¡ajoy! jajajaja.
Cambio y fuera desde la maraña del pensamiento!

¡Banzait!