28.6.10

Ayer

Ayer domingo el cielo estaba tremendamente triste.

Tomé esa foto con mi celular, sin filtro a blanco y negro aunque pareciera, me gusta como se ven los cables y ese color de cielo es la belleza de la tristeza, pocas veces puedo decir que me gusta alguna foto que haya tomado yo, esta foto me gusta... y soy fan de ese gris a punto de estallar en agua.

17.6.10

Y fueron tres

Así es, sólo fueron tres las canciones que pude escuchar de Paté de Fuá hace unos días en el Teatro Victoria, pareciera que el mundo conspira para que no pueda disfrutar como se debe a esta banda.

Esas tres piezas fueron suficientes para darme cuenta de la gran calidad interpretativa y conexión escénica entre sus integrantes de la banda, con ese toque orquestal dándole vida esos sonidos tan Paté, el Teatro tuvo una asistencia muy aceptable, tanto que me sorprendí, debo reconocer que de un tiempo para acá los eventos culturales en Durango tienen mejor respuesta en contraste con años anteriores.

Aunque no dejo de pensar que la gestión cultural no debería estar en su totalidad a cargo del gobierno, ya que siento de pronto llega a limitarnos como espectadores, la inicitiva privada difícilmente le apuesta a este rubro, por lo que sin duda lo de hoy son los sellos independientes, la clave está en proponer, arriesgar y perseverar.

¿Ya me salí del tema? ... si creo que sí -como siempre- a lo que iba es que cuando "me salieron" del evento casi se me derrama una lágrima por el ojo derecho y después por el izquierdo, digo que me salieron porque tenía un compromiso (literal) y bueno, el deber llama, pero sin duda esas piezas ejecutadas en vivo solo me motivan a encontrar otra oportunidad para disfrutarlos, aquí, allá o donde pueda.

Me gustó ver a los asistentes tan animados, tanto a niños como a jóvenes, señoras y señores, DISFRUTANDO de la música que se ofrecía en aquél instante, soy fan de ellos, soy fan de la reacción que provocaron las revolturas de sonidos de los Fuá, ese intercambio de energía hace la música, hace los conciertos, hacen los momentos.

12.6.10

Lo que pasó hoy

-sin foto, otra vez-

Pintaba para ser una agradable mañana sabatina, mi hermana mayor y yo íbamos rumbo al centro de la ciudad para hacer algunos pendientes antes de empezar la jornada laboral, eran al rededor de las 8:30 am, para quienes viven en Durango sabrán que es una hora en la que los rumbos históricos están un tanto desolados.

Circulábamos por la calle Pino Suárez al momento de dar vuelta en la calle Juárez un señor adelantó el paso para cruzar esa calle, con mis gritos de alerta mi hermana frenó justo a tiempo y ni siquiera le tocó las piernas y él se aventó sobre la camioneta y después se tiró al suelo con unos dotes histriónicos muy parecidos a los que se ven en los partidos de fútbol.

En ese momento no lo vimos así sino con el afán de remediar nuestra culpa nos bajamos de inmediato ayudar y hablarle a la Cruz Roja, al no recibir contestación del número de emergencia ofrecimos llevar al señor al hospital, él sin decir palabra alguna se subió y nos dirigíamos al hospital.

Circulando aún por calle Juárez nos detiene un tránsito al cruzar la calle 5 de febrero diciéndonos: "le pusieron dedo, el coche que pasó antes que Usted me dijo que estaba obstruyendo el paso", mi hermana haciendo uso de esa honestidad que la caracteriza le dijo: "Es que empujé a este señor en esa calle y lo llevamos al hospital para que lo cheque", el tránsito dijo que teníamos que hacer el procedimiento, hacer la sanción y hablarle a la Cruz Roja de ahí.

En ese momento el señor se mostró molesto y dijo que no quería nada, que ya se sentía bien y que además tenía prisa por llegar a su casa, que no se molestaran en hablarle a nadie, abrió la puerta, cogió su maleta y se fue a gran paso, como si nada hubiera pasado.

Esa primera reacción nos pareció muy extraña, le platicamos al tránsito cómo había estado la escena y nos comentó que aún así tenía que hacer la sanción para que él firmara de testigo que el involucrado se fue sin solicitar ayuda de la autoridad porque corríamos el riesgo de que nos identificara y después nos buscara para sacar beneficio del acto, una vez terminado ese asunto partíamos a nuestro destino inicial, platicábamos de lo ocurrido y de la raro que actuó este señor.

En la avenida 20 de noviembre dimos vuelta y nos encontramos de nuevo al señor "atropellado", nos hizo señas de que nos detuviéramos, dimos vuelta por la calle Constitución y nos detuvimos frente a Cavalier.

Abrimos la ventana y nos dijo que mejor si lo lleváramos al hospital que porque se empezó a sentir mal y quería ver qué le había pasado, que él se había ido así de la presencia del tránsito para evitarnos problemas, le comentábamos que ya nos había hecho la sanción correspondiente y que lo que procedía era hablarle a la ambulancia.

Llamamos y después de unos minutitos dijo: "ábrame la puerta de la camioneta porque me quiero sentar, me siento mal", (si, de mensas le abrimos ¿no?), le dijimos que nos sentáramos en la plaza y ahí esperábamos la ambulancia, no muy convencido dijo que sí.

Llegó la ambulancia y se acercó de nuevo el tránsito preguntándonos si siempre si había querido atención médica, le dijimos que sí y mientras lo revisaban dentro de la ambulancia le confesamos al tránsito lo raro del asunto, se acercó el paramédico y nos dijo que a ese señor ya lo conocían que siempre se aventaba contra los coches y decía que lo habían atropellado y también que venía de Gómez Palacio, que no era la primera vez que lo atendían y que curiosamente eran siempre chicas conductoras.

Mi hermana le pregunto que si estaba bien darle algo de dinero, pues pensamos que eso era lo que quería y ellos le dijeron que no, porque sería su motivación para seguir haciéndolo; una vez que le dijeron que no le había pasado nada el tránsito le explicó que ya se le había otorgado la atención médica, que ya teníamos la sanción correspondiente y que era el fin del procedimiento, que no había más, que ya se podía retirar.

Él dijo que estaba bien, pero insistió más de tres veces que lo lleváramos "a su casa, a su trabajo, a la camionera, a la parada del camión"... de tanto ahí se notó la contradicción, el paramédico y el tránsito no se iban, siento que era una manera de protegernos y apoyar la decisión de decir: NO lo podemos llevar.

Mi hermana le ofreció dinero para el taxi, en primer momento lo tomó y después que le dijimos que no lo llevaríamos le aventó el dinero y se fué, la autoridad y el chico de la Cruz Roja le dijeron a mi hermana que había tomado la decisión correcta, que él era una persona oportunista y que nos arriesgamos un poco en subirlo de principio en la camioneta, ahora si que fue una bendición el que el primer tránsito nos haya detenido, ahora nos ponemos a pensar todas las probabilidades de daño que pudo haber hecho, desde pedir dinero, secuestrarnos, violarnos o matarnos (la paranoia está de moda).

Esta vez nos vimos libradas, cuento la experiencia para que quien pueda leer esté al tanto y ande con cuidado, no se dejen intimidar por la culpa, creo que aunque uno quiera actuar bien los tiempos están para ser cautelosos y desconfiados, si el mundo está descompuesto no es por los gobernantes sino por la actitud de uno mismo.

Este señor tendría al rededor de 38-40 años, aproximadamente mide 1.70, tez moreno claro, robusto, jamás se quitó la gorra y las gafas, portaba una maleta negra grande.

Con esto no sé de qué declararme fan porque sería de muchas cosas, por ejemplo de la suerte o la circunstancia que nos favoreció para salir libres de esto, de los tránsitos que hicieron bien su trabajo, del paramédico que nos alertó, de mi papá que llegó al final a darnos fuerza y de MI HERMANITA que se mostró muy fuerte y honesta como siempre.

Nos faltó la foto pero estaré al pendiente en las calles de Durango por si lo veo, seguro lo reconozco, así difundimos su retrato para que nadie sea víctima de sus artimañas para sacar provecho.

¡Atentos!