27.12.15

Narrativa de una visita a la Zona del Silencio

Para quien me conoce, sabe que uno de los lugares que más amo es Durango. Como dijera mi amiga Mariela:

"Quien sabe de dónde viene, sabe a dónde va"


Con mucho orgullo siempre hago saber que nací en tan hermoso lugar; rico en aspectos sociales, gastronómicos, culturales, artísticos y sobre todo, naturales. Los duranguenses somos afortunados de contar con paisajes intensamente contrastantes, por ejemplo, el desierto y la famosa Zona del Silencio. Sin duda, es un lugar obligado para conocer, yo me sorprendía de no haber visitado ese enigmático lugar antes, pero sabía que mi año de posibilidades infinitas, me traería grandes bendiciones como planear y disfrutar esta expedición.

Los hechos fueron estos: 
-según mi versión-

La idea.

Un buen día de trabajo dominical, platicando sobre mi querida tierra con David Cinta y Mu,  dos grandes Seres, se nos ocurrió organizar un viaje grupal a la Zona del Silencio, todo fue casual y una noche de octubre, ya estábamos detallando los pormenores del viaje con ayuda en la distancia de Aarón.

¡Allá vamos!


Se llegó la fecha.


El viernes 18 de diciembre, fue un cierre de ciclos para mí: últimos 2,000 metros de nado del 2015, último día laboral del 2015, última rodada urbana en el D.F. del 2015, último día emocional y nostálgico en mi querida Ciudad de México.

Como es costumbre en este tipo de situaciones, no dormí para terminar los pendientes y preparar la mochila viajera. Se llegaron las 4:15 a.m. del 19 de diciembre y le llamé a Mu para avisarle que ya iría por él. 

Llegamos al Aeropuerto y nos encontramos con otras 12 almas que decidieron compartir esta aventura con nosotros. Tomamos el vuelo que nos llevó a Torreón, Coah., en donde nos reuniríamos con Vegui, Vegui y con el equipo de Walter, nuestro guía.

Rumbo a la Zona del Silencio
¡Ajústense pronto los cinturones!...
Jorge, David, Tere
Foto: Jorge Simón.
Amanecer en el camino
Foto: Aarón Martínez.
La odisea ya comenzaba con solo ver el peculiar transporte en el que viajaríamos. Luego de 4 horas, llegamos al lugar elegido para acampar y debemos destacar que desde nuestra llegada, gozamos de un campamento con muchas comodidades gracias a la atención y experiencia de Walter y su equipo: Aventura Pantera

Llegaron por nosotros.
Foto: Aarón Martínez.
Llegamos a la Zona y realizamos la primera meditación para después degustar unos ricos burritos, después decidimos caminar hacia las Dunas de Acatita, que tienen una extensión de 40 km. Estar ahí es una experiencia fantástica: la arena es muy fina y acariciarla es tan placentero como cuando cumples uno de tus más anhelados sueños; el viento hace contraste con el silencio que domina y te susurra pura armonía.

El cielo nos estuvo dando espectáculos de todo tipo, las formas de las nubes jugaban a darnos mensajes y el atardecer nos regaló plenitud a nuestros ojos; la luna nos consintió con un halo espectacular, como diciéndonos: "¡Hola, mortales!"

Respirar el silencio fue algo así como activar los sentidos al 110% para estar alertas de lo que nuestra consciencia decidiera percibir. 

Listos para vivir la experiencia.

Como en un sueño...

Navegando por los mares...

Carreritas con Pato.
¡Oh, no!

Silvestreando.

Por los caminos del silencio.


Estamos felices.

Entregándome a la experiencia.

Disfrutando con los sentidos.
El clima en todo momento fue muy amable con nosotros, estuvo nublado la mayor parte del tiempo, por lo que el sol de invierno no se hizo presente; tuvimos un momento de llovizna y algo de viento pero de ese que acariciaba nuestra piel con mucha delicadeza y tuvo el poder de hacer volar los pensamientos en forma de introspección individual y luego grupal... 

Adorando la noche.

Perdida en el silencio.

Al día siguiente, después de una tranquila noche, nos alejamos del campamento y nos adentramos a otra zona del desierto, llegamos a unas cuevas en donde encontramos pinturas rupestres y marcas de fuego, seguramente ahí hace muchos años, los habitantes se resguardaban del frío y hacían su vida cómodamente. Walter llegó a la conclusión de que esas pinturas decían: "Estuvimos aquí" y ese día nosotros habíamos descodificado y contestado ese mensaje.

Ricos alimentos.

Éramos solo almas en medio del silencio.

Hermoso vehículo.

Descodificando mensajes.

Hola, allá a lo lejos.

Mu.

Más tarde conocimos un hundido, en donde se presume que mucho tiempo atrás cayó un meteorito, haciendo un gran agujero en la tierra. Ahora hay agua dulce y aún se pueden encontrar fósiles marinos de lo que fuera el Mar de Thetis.

El tiempo es relativo.

¿Y si me voy con ellos?

Percibiendo mensajes.

Observando a quien observa.
Estos dos activos mágicos y turísticos, los visitamos con ayuda de los lugareños, quienes desde nuestra llegada fueron muy amables. 

La vida está en otra parte.

El señor del desierto.

A nuestro regreso al campamento, después de disfrutar una rica comida, acudimos nuevamente a las dunas. La diversión la hace el propio camino, la arena invade todos los sentidos y te invita a sentir la vida desde otra perspectiva.

En busca del fuego.

Cicatrices.

Dejando huella o buscando huellas.

Un horizonte nuevo.


Al final del día, ocurrieron lindas reflexiones de despedida; en lo personal, me quedé con la satisfacción y plenitud de aceptar la posibilidad de elegir coexistir con tan excelsas almas en este enigmático espacio del planeta, aprender y admirar de cada uno de los seres con los que compartí esta aventura, entregarnos con toda intensidad a este lugar y decidir crecer a partir de lo vivido. 

Esa noche nos despidió con fuertes vientos pero aún así, el clima fue ameno. Al día siguiente nos esperaba otra linda expedición rumbo al Puente de Ojuela, definitivamente, será necesario escribir una entrada especial para ello, ya que es otro hermoso pasaje de nuestro querido Durango.

¿Cómo llegar a la Zona del Silencio?
Texto de Aarón Martínez.

Un buen destino.

Este sitio que está asentado en el Bolsón de Mapimí, en el punto donde colindan los Estados de Coahuila, Chihuahua y Durango. Para acceder a este sitio hay diversas rutas. Una de ellas es tomando la carretera Durango – Gómez Palacio, después continuar por la carretera libre a Jiménez, Chih. y en la población de Ceballos girar a la derecha para continuar por pavimento hasta el Ejido La Flor, recorriendo hasta aquí 356 km y ahí continuar por el camino de terracería que va a el Laboratorio del Desierto por unos 30 km. 

Otra ruta es partiendo de Durango, tomando la carretera a Gómez Palacio, continuar a Torreón y ahí tomar la carretera a San Pedro de las Colonias, para 4km después de Francisco I. Madero tomar la desviación a la izquierda, con dirección a Químicas del Rey y 106 km adelante se encuentra Río Aguanaval, desde donde se puede acceder por un camino de terracería de 7 km a las dunas de Acatita.

Recomendaciones:
  • Si planeas ir a la Zona del Silencio, es indispensable ir con un guía certificado, recomendamos ampliamente los servicios de Aventura Pantera (Walter Bishop).
Gracias Walter.

  • Para vivir una gran experiencia, necesitas acampar, al menos un día.
  • Ya que estés en la Zona del Silencio, te encontrarás con especies vegetales y animales en peligro de extinción, así como fósiles y piedras peculiares. Respétalos, no los lleves de recuerdo, tu recuerdo es la experiencia.
Propiedad del desierto.
  • Procura ir cuando el pronóstico del tiempo anuncie luna nueva o lluvia de estrellas, no te arrepentirás de disfrutar ese portentoso cielo.


¿De qué me declaro fan?

Declárome fan de la experiencia en su totalidad: de las personas con las que viví este viaje, de los sentimientos que inundaron la aventura, de la experiencia y sabiduría de Walter, de la amabilidad del equipo de Aventura Pantera, de la amabilidad de los lugareños, de las especies encontradas, del cielo único, del silencio, de la arena... ¡Ah, fue tan hermoso!

El Maestro, David.


Mi querido Yoryiii.

¿Asustados o espinados?

Preguntas frecuentes: 
-Respuestas según mi versión-

¿Viste OVNIs?
Ves lo que quieres ver, percibes lo que te permitas percibir. Sientes lo que deseas sentir. Todo es cuestión de perspectiva, tienes que estar ahí para contestar esta pregunta. Los lugareños dicen que no hay nada paranormal. ¿Será?

¿Es una zona radioactiva?
Creo que eso es un mito, esto se cree ya que en los 60s se estrelló Athena, un cohete de la NASA.

¿La Zona del Silencio pertenece a Durango o Torreón?
En realidad está situado en el Bolsón de Mapimí. La Zona del Silencio colinda con los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua, por lo que es una zona compartida por las tres entidades. Nuestro campamento se instaló en el desierto chihuahuense.

¿Hay portales dimensionales?
Es posible.

¿Qué especies animales encontraron?
Sólo escarabajos y muchos agujeros en las dunas que parecieran escondites de ratones. Seguramente pudimos ver más si los visitantes dejaran de saquear el lugar.

Hola grandulón.


¿Encontraron fósiles?
Sí. Algunos, como caracoles de mar. También encontraron flechas de caza. De igual forma, creo que hubiéramos visto más, si nos dedicáramos a respetar y preservar el sitio. 

¿Qué especies hay?
Principalmente, la gobernadora, ocotillos, la candelilla (se extrae la cera), nopales y mezquites.

Viejitos.

Como el paraíso.

Queriéndose.

Es una especie de silencio.

Eres hermosa.
¿Dejan de funcionar las brújulas y aparatos electrónicos?
Obviamente no tuvimos en ningún momento señal de celular y lo único extraño que nos pasó es que cuando estábamos en las dunas, la pila de la cámara se agotó y al día siguiente la pila estaba completa. ¡Aaah, verdad!

Puede haber mil preguntas más y millones de curiosidades, sin duda, es una experiencia que te tienes que decidir a vivir. ¡Adelante!

Un placer coexistir con cada uno de ellos.


Durango tiene muchos rincones insuperables, conoce cada uno de ellos en el blog Qué Bonito es Durango.



7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Gracias a ti, por tu presencia.

      Gracias también por la valiosa ayuda para planear el viaje, es muy especial cuando una idea se concreta y es tan exitosa como esta aventura.

      ¡Sigamos creando!

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  2. Torreón, no es estado de la republica mexicana.

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    1. ¡¡¡Gran equivocación!!! Muchísimas gracias por la observación, no me percaté del error aún y cuando lo leí repetidas veces. Ya está la corrección. ¡Gracias!

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  3. Nada que agradecer. Desde un rincón lleno de contrastes a la orilla del pacífico leo con atención cada declaratoria, solo me deja una interrogante ¿cuánto nos hace falta por conocer? A la mejor medio mundo a la mejor lo conocemos todos y a la vez nada.

    Un gusto enorme (ya te lo había comentado) verlos juntos hacen buen equipo, sea lo que sea que hagan lo hacen bien y eso se nota a la distancia.

    Definitivamente acepto la invitación a visitar la zona del silencio y espero que cuando lo haga estén para ser parte de esa visita.

    Saludos a la distancia y como diría un buen amigo conocido mio, nos vemos en el camino.

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  4. Nada que agradecer. Desde un rincón lleno de contrastes a la orilla del pacífico leo con atención cada declaratoria, solo me deja una interrogante ¿cuánto nos hace falta por conocer? A la mejor medio mundo a la mejor lo conocemos todos y a la vez nada.

    Un gusto enorme (ya te lo había comentado) verlos juntos hacen buen equipo, sea lo que sea que hagan lo hacen bien y eso se nota a la distancia.

    Definitivamente acepto la invitación a visitar la zona del silencio y espero que cuando lo haga estén para ser parte de esa visita.

    Saludos a la distancia y como diría un buen amigo conocido mio, nos vemos en el camino.

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    1. Gracias Alex por tu comentario y buenos deseos. Si algo nos une es tu interés por explorar todas las partes del planeta que podamos y eso es muy padre cuando se comparte a manera de letras, fotos y percepciones.

      Seguro que estaremos en alguna expedición similiar, coexistiendo y construyendo buenos recuerdos.

      ¡Sigamos en la aventura!

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